LEMON BARS

Me encanta el limón en repostería tanto por su aroma como por su sabor, en general, todo los cítricos, pero para mi gusto, como el toque que le da el limón, ninguno. Estos lemon bars que os traigo son originarios de América de los años 70 y han ido extendiéndose por todo el mundo. Yo los he adaptado a mi manera pero está igualmente buenos y creo que más ligeros que en las muchas recetas que nos encontramos en la red. Lo característico de estos pastelitos es la mezcla de texturas y sabores, ya que por un lado nos encontramos con una base de galleta dulce y crujiente, y por otro una crema suave, que se deshace en la boca con un intenso sabor a limón. La forma original de presentar estos también llamados cortadillos de limón, es en cuadraditos espolvoreados con azúcar glass, aunque yo los he cortado en forma de barritas que son prácticamente de bocado sin ningún adorno para destacar aún más el color amarillento que le aporta el limón. La crema también la he hecho que cuaje en frío, así nos evitamos un paso de horno (en la mayoría de las recetas se hornea también la crema), por lo que es un postre muy recomendable para la época que está a punto de empezar ya que con el calor no apetece mucho hornear. Os recomiendo que los probéis porque son el broche perfecto para una comida o cena, sobre todo para acompañar un café o una copa de licor. Os dejo la receta...

Para la base de galleta

225 gr de harina
65 gr de azúcar moreno
150 gr de mantequilla temperatura ambiente
Aceite

Para la crema de limón

80 gr de azúcar
3 huevos
El zumo de 3 limones
La ralladura de un limón
200 gr de chocolate blanco

Empezamos mezclando la harina con el azúcar moreno. Añadimos la mantequilla cortada en cubitos a temperatura ambiente. Amasamos con las manos hasta que se vaya creando una masa que nos servirá  de base para los lemon bars. Engrasamos con aceite un molde de forma cuadrada. Echamos un chorrito en el fondo y con un papel de cocina lo untamos todo. Colocamos la masa en el molde y con los dedos la vamos estirando hasta que cubra de la manera más uniforme posible toda la superficie. Horneamos a 180º unos 15 minutos. Dejamos enfriar.
Prepararemos la crema poniendo en un cazo el azúcar y la ralladura y lo friccionaremos con los dedos para que el azúcar se impregne del aroma de la cáscara del limón. Añadiremos el zumo de los limones y los huevos y batimos para que se mezclen bien. En las cantidades de zumo y azúcar de la crema va un poco a gusto de cada uno. A mí particularmente me gusta que sea más ácida que dulce, pero si no os gusta así, tan sólo tenéis que reducir la cantidad de zumo y aumentar la del azúcar, aunque tened cuidado porque el chocolate blanco ya es bastante dulzón. Pondremos el cazo a fuego medio sin dejar de remover hasta que espese. Nos quedará una crema suave. Retiramos y dejamos que baje un poco la temperatura pero que no esté fría del todo ya que cuajaría más y no se mezclaría bien con el chocolate. 
Mientras, derretimos el chocolate troceado, bien al baño María o en el microondas. Si lo hacéis en el microondas, hacedlo en golpes de 20-30 segundos, no más de una vez porque se quema con facilidad. En el bol del chocolate blanco volcamos la crema de limón y con unas varillas unificamos. Esta mezcla la verteremos encima de la base de galleta que habíamos horneado previamente y que ya estará fría. Damos unos movimientos de vaivén al molde para que se extienda por todos lados por igual.



Dejaremos en la nevera de un día para otro para que cuaje bien o como mínimo 6 horas. Desmoldamos y cómo os dije, podéis presentarlos en cuadrados  o barritas, espolvoreados con azúcar glass, o adornados con ralladura de limón. De cualquier manera están irresistibles. Buen provecho!!


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