ENSALADA DE FRUTOS SECOS Y FRAMBUESAS CON CRUJIENTE DE QUESO DE CABRA

¿Quién dice que una ensalada no es bien recibida en una mesa navideña? Si es una como la que os traigo hoy, estoy segura de que hasta os lo agradecerán vuestros invitados, porque está buenísima y se hace en un momento. Yo soy adicta a los quesos y uno de mis favoritos es el de cabra. En esta ensalada va dorado con un soplete y es para morirse de rico, aunque es un poco cuestión de gustos. Lo que quizás no sepáis es la historia de este queso, el más antiguo de todos.
La cabra era considerada la madre del mundo en la mitología india y para los griegos era un animal de leyenda, ya que se encontraba en numerosos cuentos y fábulas. Desde hace mucho tiempo se cría la cabra por su leche, su carne, su piel e incluso por su pelo que sirven para confeccionar los pinceles para hacer la caligrafía en China. Al haber alimentado a Zeus, la leche de cabra se convirtió en el alimento de los dioses. Esta leche se utiliza desde hace mucho tiempo como sustituto de la leche materna.


Los primeros quesos de cabra datan de 7.000 años antes de Cristo cuando el hombre prehistórico se hace sedentario. Por tanto, sería el ancestro de todos los quesos. A lo largo de la civilización greco-romana, la cabra se adaptó bien a los paisajes áridos de la cuenca mediterránea, e incluso llegaron al sur de la Galia mucho antes que los romanos. Cuando Charles Martel detiene a los moros en Poitiers, muchos de ellos se quedan y continúan con la cría de sus cabras. En la Edad Media, los quesos de cabra servían de moneda de cambio y alimentaban a los peregrinos en los caminos de Santiago de Compostela.


En 1857, el descubrimiento de la pasteurización de Emile Duclaux permite un gran avence en la tecnología del queso. En Francia, los primeros quesos de cabra se comercializaron en 1935, garantizándole al consumidor la ausencia de gérmenes patógenos. En 1895, se crea la central lechera Soignon en la región Poitou-Charentes. Esta región se convierte en uno de los orígenes de quesos de cabra en Francia con las regiones del centro de y de Rhône Alpes. Sinónimo de autenticidad, actualmente existen 120 tipos de quesos de cabra en todas las formas y sabores. Gracias a las diferentes razas de carbras, recetas y maduraciones, cada quesos tiene sus caracteristicas específicas. La etiqueta europea de Denominación de Origen Protegido (DOP), instituida en el 2009 asegura que los quesos hayan sido elaborados según las técnicas tradicionales..


El queso de cabra, quizás más conocido, es el rulo de cabra, cilíndrico de pasta blanca y blanda. Es un queso de naturaleza ácida debido a los ácidos grasos que contiene la leche de cabra. Debido a su alto valor proteico, este queso es bueno para el riñón y se recomienda a aquellas personas que padecen insuficiencia renal crónica por su bajo contenido en potasio. Suelen ser más cremosos y blandos, aunque su sabor es fuerte al igual que su olor, debido a que desprenden el aroma típico de cabra. Este queso combina perfectamente con otros alimentos como ocurre en esta ensalada con los frutos secos y las frambuesas. Os dejo la receta para que podáis disfrutar de esta magnífica ensalada...

1 bolsa de mix de lechugas
Frutos secos para ensalada (a la venta en grandes superficies como Mercadona)
1 medallón de queso de cabra
Frambuesas
Aceite de oliva
Vinagre de frambuesa
Sal

1. Lavamos la ensalada y escurrimos. 

2. Hacemos una vinagreta con el aceite, el vinagre y la sal. Aliñamos las hojas y disponemos en una fuente o plato llano haciendo una especie de corona. 

3. Espolvoreamos por encima los frutos secos y las frambuesas. 

4. En el centro de la corona ponemos el medallón de queso de cabra. A la hora de presentar a la mesa lo gratinamos con un soplete de cocina hasta que esté dorado. Si no tuvieráis soplete podéis ponerlo unos minutos al grill en el horno. Una ensalada de lo más fácil y con un sabor de contraste entre el queso y los demás ingredientes que la hacen deliciosa.




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