GARBANZOS CON MANITAS DE CERDO Y ALMENDRAS

Por fin la primavera parece que está entre nosotros para quedarse y ¡de qué manera por aquí, por el sur! Llevamos días con unas temperaturas bien altas y cada vez apetecen más platos que refresquen. Por eso, no podía dejar de publicaros antes de que llegue más calor este guiso, más propio de invierno que de la época en la que estamos, la verdad, pero como anuncian lluvia para este finde es una buena opción para tomarlo. Este es de esos platos habituales en casa que siempre dices de colgarlo un día de estos, y al final nunca lo haces. Así que al fin me he decidido a compartirla para que veáis lo fácil que es hacer un guiso delicioso. Lo sé, no lo puedo remediar, soy una adicta al cuchareo, pero, ¿y lo bien que se come con un plato de cuchara?...
Las manitas de cerdo, como casi toda la casquería, no son muy favoritas del público cuando en realidad es uno  de los alimentos más ricos en colágeno. Esta sustancia es un componente esencial en nuestro organismo. Forma parte de la estructura de locomoción (cartílagos, discos intervetebrales, ligamentos, tendones..), y cuando se degrada origina importantes alteraciones como la artrosis o la osteoporosis. Este desgaste está generalmente asociado a la edad, pero también una práctica intensiva, traumatismos o sedentarismos, pueden degradar el colágeno de las articulaciones, de modo que todos los grupos de edad están expuestos a sufrirlo. El consumo preventivo de colágeno refuerza nuestro organismo retrasando o eliminando el desgaste articular, y en los casos en que ya se padece, mejora las condiciones del desgaste.

Las manitas de cerdo no son sólo ricas en colágeno, sino que también son ricas en vitamina B1 o Tiamina, muy recomendable en períodos de embarazo o lactancia y también después de operaciones durante la convalecencia, debido a que en estos períodos hay un mayor desgaste de esta vitamina. Además el consumo de B1 ayuda a superar el estrés y la depresión, favorece a los hipertensos y a corregir la anemia. También nos ayuda a la expansión de nuestro cerebro, a evitar el infarto y a disminuir el riesgo de padecer anormalidades cardíacas. El consumo de manitas de cerdo corrige los síntomas de algunas enfermedades como la psoriasis y la artritis.


Desde hace tiempo, las condiciones en las que viven los cerdos han cambiado drásticamente. Esto ha contribuido a que la carne de cerdo haya disminuido considerablemente sus niveles de colesterol, grasas y calorías desde hace un par de décadas. Por ello, la carne de este animal es ahora más saludable y una de las partes más magras son las manitas de cerdo debido a sus bajísimos índices de calorías. Posee unos ínfimos niveles de grasas saturadas por lo que los indicadores de colesterol no aumentan. Su valor calórico está en torno a las 290 kilocalorías por cada 100 gramos de ración. Como véis, la mala fama que tienen las manitas de cerdo es un poco infundada porque en realidad es un plato con muchas propiedades. La receta que os traigo hoy apenas tiene grasa por lo que hace de este guiso un plato ligero que gusta a niños y mayores, doy fé...

3 manitas de cerdo cortadas en cuatro trozos cada una
1 bote de garbanzos cocidos
2 cebollas
3 dientes de ajo
Un puñado de almendras
Laurel
Tomillo
Pimentón
Aceite de oliva
Sal
Agua

1. Empezamos cociendo las manitas. Las ponemos en una olla a presión con agua, 1 cebolla cortada en trozos grandes, hojas de laurel, unas ramitas de tomillo y sal. Dejamos que espume y retiramos todas las impurezas. Cuando el agua ya quede limpia se cierra la olla y se deja cocer desde que sale el vapor unos 30 minutos. Una vez que estén tiernas, se sacan las manitas y se cuela el caldo.

2.  Si no váis a usar garbanzos de bote sino secos, tendréis que dejarlos en remojo la noche anterior y en este caldo colado los cocéis en la olla unos 15 minutos. Los sacáis pero seguid reservando el caldo.

3. Cuando las manitas estén templadas, con cuidado y paciencia las deshuesamos y reservamos la carne.

4. En una cazuela con aceite rehogamos los dientes de ajos laminados y la otra cebolla troceada finamente. Cuando empiece a estar blandita antes de que dore, añadimos las almendras. Yo las machaco en el mortero, pero esto va un poco al gusto si queréis echarlas enteras o trituradas en la batidora hasta hacerlas polvo. A mí me gusta encontrarme trocitos. 

5. Dejamos que tuesten las almendras, añadimos un poco de pimentón, removemos rápido para que no se queme y volcamos el caldo colado de cocer las manitas. 

6. Añadimos las manitas deshuesadas y los garbanzos. Comprobamos si hay que rectificar de sal y dejamos cocer todo cubierto del caldo unos 10-12 minutos. Como todos los guisos, si lo hacemos el día anterior y lo dejamos reposar para que se unan aromas, mucho mejor.



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