MORCILLA DE VERANO

¡Hola amores! Hoy os traigo un plato que os va a sorprender a más de uno porque por su nombre os dará la sensación de que vamos a cocinar algo muy distinto a lo que es el plato en realidad, o igual pensáis que me lo acabo de inventar, pero no es así, se trata de un plato típico de Murcia muy sencillo que conocí hace años cuando mi hermana se fue a vivir allí. Se trata de un picadillo de berenjena y cebolla en proporciones bastante parecidas, aderezado con sal, cominos y orégano que caracteriza a las morcillas de la zona. También lleva piñones que le da un sabor tostado y una textura agradable, consiguiendo un plato con sabor profundo y sorprendente.Su origen viene de épocas de escasez, en las que con pocos ingredientes locales se realizaban platos que, sin duda, resultaban deliciosos y apetecibles.
El ingrediente principal de esta morcilla es la berenjena, una gran aliada para tener una dieta sana y también si se quiere adelgazar. Si bien existen muchos vegetales y frutas que nos pueden ayudar a bajar peso sobre todo en la zona abdominal, no hay que desestimar el poder que tienen las berenjenas. Esta verdura de color morado oscuro y con un sabor característico, no  sólo aporta una mínima cantidad de calorías sino también ofrece beneficios para nuestra salud.


Es bueno saber que la berenjena debe consumirse siempre cocida, nunca cruda, porque puede ser tóxica para nuestro organismo provocando malestar estomacal. El color de esta verdura se debe a las antocianinas, con excelente beneficios. Además, aporta antioxidantes, minerales como el potasio y vitaminas. Por cada 100 gramos sólo aporta 20 calorías y nos aporta saciedad. Las berenjenas además tienen una buena cantidad de agua en su composición. Mejoran la circulación de la sangre, aporta fibras para depurar el organismo, reduce los niveles de azúcar en sangre y el colesterol malo. Es un excelente diurético que elimina la retención de líquidos. Mejora el funcionamiento de la bilis, previene la anemia y es muy buena para la piel. Usada de manera tópica calma el dolor de las quemaduras leves por el sol.


Todas estas propiedades las podemos aprovechar cuando comemos la verdura cocida, al horno, al vapor o a la plancha, no rebozada ni frita ni con salsas. En la receta que os traigo hoy está rehogada a fuego lento lo que hace que un plato tan sencillo se convierta en un platazo. Es una comida ligera, suave, que se puede tomar en frío o en caliente, a mí me encanta sobre unas tostas, aunque siempre me lo acabo comiendo a cucharadas. Cuando la probéis, estoy segura de que será un plato muy habitual en casa. Os dejo la receta...

2 berenjenas
1 cebolla grande
Un puñado de piñones
Orégano
Cominos (opcional)
Sal y pimienta
Aceite de oliva

1. Troceamos las berenjenas en dados y las ponemos en agua con sal durante 10-15 minutos. 

2. Mientras, cortamos la cebolla en dados grandes también y vamos rehogando en aceite de oliva a fuego bajo. Cuando la cebolla esté blandita sin que llegue a dorar, añadimos las berenjenas escurridas. Salpimentamos y dejamos que se vaya haciendo a fuego lento moviendo de vez en cuando. 

3. En una sartén aparte tostamos los piñones y cuando las berenjenas estén empezando a deshacerse, los añadimos junto al orégano y los cominos. 

4. Rehogamos unos 5 minutos más y ya estará esta morcilla tan deliciosa lista. Podéis consumirla como guarnición, como primer plato, en tosta con queso fundido por encima o con huevo a la plancha o incluso podemos ponerla como relleno de unos champiñones.


 

 


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