VASITOS DE MOUSSE DE CHOCOLATE CON PETA ZETAS Y UN TOQUE GLAM

Hoy iba a colgaros otra receta, pero he optado por ésta, porque le guardo mucho cariño a esta foto. Esta mousse de chocolate se hizo en un curso de cocina que dí a un grupo de amigas como regalo de despedida de soltera a una de ellas. Decidieron hacer esta foto con la palabra SMILE detrás, y a mí me encanta, porque si hay algo que procuro hacer mucho, es eso, sonreír, siempre, por muy mal que vayan las cosas. Mi vida no ha sido ni es fácil desde que me divorcié, todo son problemas que por más que intentas solucionar, siempre se complican aún más. Creo que a pesar de todo, la vida es un regalo maravilloso y debemos sonreírle, sino por agradecimiento a lo que tenemos (aunque pensemos que nos va peor que a nadie), al menos por lo que traerá. Pienso que lo mejor siempre, siempre, está por llegar y no hay que perder la esperanza de que todo irá a mejor. Esa es mi filosofía de vida, puede que haya quién piense que soy tonta o ingenua, puede ser, pero a mí me consuela soñar con un futuro más positivo.
Otra forma super efectiva de combatir los problemas y la tristeza, es comer chocolate, ¿a qué sí? ¡Es la mejor forma! Sea con la textura o sabor que sea, el chocolate siempre soluciona los problemas, aunque sea un segundo, cuando le das un bocado y piensas en lo bueno que está, ummm... En ese momento ya no piensas, sólo disfrutas, así que para mí, es efectivo. Hoy os traigo el chocolate en forma de mousse con una dosis de chispa, los añorados peta zetas, y ese toque glam que da la purpurina dorada. Además la presento en tarritos para que puedan ser degustados de manera individual, que igual puede ser una buena opción para el postre de alguna de las fiestas que se acercan.
Pero, aunque todos hablemos de ella, ¿sabéis que significa la palabra mousse? Es un vocablo francés que significa espuma y de eso se trata precisamente, de crear una elaboración ligera, liviana cuya marca de identidad son las burbujas de aire que presenta que le dan una textura voluminosa. Puede ser más o menos espesa y también dulce o salada.


Cuando es servida como postre, las mousses se hacen típicamente con clara de huevo a punto de nieve o nata montada y con sabores a chocolate o frutas. La más famosa de todas, fue "La mousse" que apareció por primera vez en un recetario de 1755, "Les soupers de la cour" del cocinero francés Menon. Describía tres mousses, de café, de chocolate y de azafrán, que se hacía con crema de leche batida a la que se podían añadir claras de huevo. Se servían en unos vasitos de plata o vidrio que recomendaban guardar en hielo un par de horas hasta el momento de consumirlas, en un recipiente especial de hojalata para mantenerlas frías. Sin embargo, la más famosa de las mousses, es, sin duda, la de chocolate.
La historia de su origen depara algunas ligeras controversias. Se dice que el creador de esta crema espumosa de chocolate fue el pintor francés Henri de Toulouse-Lautrec que frecuentaba los bares y tabernas del barrio de Montmartré, donde se hizo amigo y pintó a todo tipo de trabajadores. De ser así, el nacimiento de la mousse podría datarse de finales del siglo XIX.


Otra historia señala que durante el sitio de los franceses a la ciudad de Astorga en abril de 1810, Napoléon en persona visitaba a su VIII Ejército, empantanado en el lodazal que rodeaba la muralla de la ciudad. Esa misma noche, el cocinero mayor del Ejército, Francoise Masette, en su afán por agradar al emperador, pidió al artesano chocolatero español Manuel Cordero, que preparara su celebrada "Espuma de chocolate". Se dice que Bonaparte, impresionado por el aroma y suavidad de este postre, se llevó a Cordero y su familia a tierras francesas, maravillando los círculos culinarios de la élite francesa con el ya para siempre bautizado postre "mousse au chocolat" que ha quedado para la posteridad como invención francesa.
Pero la mousse que os traigo hoy no es la que se comió Napoleón, ésta sabe mucho mejor gracias a ese chispa que le dan los peta zetas. ¿Os acordáis de ellos? ¿Quién no se metía unos cuantos en la boca y la dejaba abierta para que explotaran? Yooo era la primera, molaba, jeje... Creo que todos los que me leéis los conocéis, aunque quizás no conozcáis a su inventor.
Los Peta Zetas es un caramelo carbonatado, también conocido como un caramelo que explota. Su secreto está en las pequeñas piezas de caramelo que han sido gasificadas con dióxido de carbono. Al entrar en contacto con la humedad (en la boca, leche, agua u otros líquidos) se disuelve el caramelo que envuelve las burbujas de CO2 a 60 atmósferas de presión y estas liberan el gas contenido en su interior provocando el típico chasquido o explosión de estos caramelos. El creador de esta famosa golosina fue William A. Mitchell, científico de General Foods.


Empezó vendiendo los caramelos al público bajo el nombre de Pop Rocks a partir de 1975. Unos años después desaparecieron.

En 1979 la empresa española Zeta Espacial con sede en Rubí (Barcelona), comenzó a fabricar y distribuir el producto, a la vez que se convirtió en su distribuidor mundial. El primer envase consistía en un astronauta rodeado de estrellas. Detrás de este diseño hay una curiosa historia y es que así describió un niño el producto cuando lo probó por primera vez: " Es como un caramelo del espacio, como meteoritos que explotan en la boca".


Estos caramelos vivieron su mayor éxito en la década de los 80. Su gran popularidad llevó a sus creadores a sacar al mercado varias gamas del producto, con diferentes sabores, incluso en una de ellas estaba formado por trozos de chicle en lugar de caramelo. Pero en la actualidad el sabor tradicional es el que ha sobrevivido.


En los últimos años donde la innovación es sinónimo de crecimiento, este producto ha sido incluso usado en la cocina de vanguardia, en las creaciones de chefs como Ferrán Adriá o el fallecido Darío Barrios que creo este "Mi-cuit con peta zetas".


Así queda claro que la cocina no es solo un arte, sino, sobre todo, ciencia y experimentación. Eso es lo que he intentado con esta mousse. Os dejo la receta...

500 gr chocolate negro
100 gr mantequilla
100 gr azúcar glass
4 huevos enteros
2 claras
1 sobre de peta zetas
Polvo dorado comestible

1. Derretimos el chocolate en el microondas a intervalos cortos de 20-30 segundos para que no se queme. Cuando esté derretido, le añadimos la mantequilla cortada en dados y removemos hasta que se funda con el chocolate. Reservamos.

2. Batimos las 4 yemas y mezclamos con el chocolate.

3. Montamos las 6 claras. A la mitad del montado añadimos el azúcar glass y terminamos de montarlas. Añadimos las claras montadas a la mezcla de chocolate en 2-3 veces y unimos con una espátula mediante movimientos envolventes para que no se nos baje. 

4. Llenamos tarritos de cristal y  metemos en la nevera mínimo 3-4 horas o los dejamos hasta el día siguiente. A la hora de servir decoramos con peta zetas por encima y purpurina dorada comestible. 

 



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