CALABACINES LUNA RELLENOS DE BRANDADA DE BACALAO SOBRE CREMA DE TOMATES ASADOS

No sé si os pasará a todos los bloguer@s lo mismo, pero yo anoto un sinfín de recetas. Toda aquella que veo y me gusta, la copio y así voy llenando cuadernos y cuadernos. A veces cuando no estoy inspirada, repaso los cuadernos y entonces me ilumino. Empieza mi cabeza a funcionar y a idear que cambio le puedo dar a alguna receta para que sea mía, eso que yo llamo "el toque Carmela". Esta es una de esas recetas "tuneada". Tengo anotada una receta pero con calabacines normales, rellenos de atún y decidí darle un giro con la brandada de bacalao en calabacines luna y sobre esta crema que ya de por sí ella sola está buenísima. Os recomiendo que si como yo, sois unos enamorados del bacalao probéis este plato, aunque tenga varios pasos, no es difícil y el resultado es sencillamente espectacular.
Desde luego no es porque a mí me encante pero no hay plato más versátil y delicioso que la brandada de bacalao. Se puede tomar como aperitivo, entrante o plato principal. La brandada de bacalao o brandada de bacallá es un plato típicamente catalán con sus variantes francesas, vascas y castellanas. Su nombre proviene del término catalán brandar, que significa  "mover enérgicamente con movimientos de vaivén". Parece que su origen fue ser una variante del alioli al que se le añadía bacalao seco cuando su consumo llegó a las clases populares sobre el siglo XVI. La brandada pertenecía a la cocina casera, popular y familiar que cenaban a menudo los campesinos y pescadores de la ribera norte del Mediterráneo.


Con el tiempo, la brandada llegó  a las clases altas cuando se puso de moda en París tras la Revolución Francesa. Los franceses la adaptaron añadiendo ingredientes para suavizar sabores mediterráneos y abaratar costes. Se eliminó el ajo que se consideraba vulgar y el aceite se sustituyó por mantequilla e incluso se añadió nata, leche o patata.
La brandada es un plato preparado tradicionalmente por hombres que originariamente lo hacían en un mortero. Se puede condimentar con pimienta y ajo o perejil picado, y siempre necesitar rectificar de sal al final. Se suele comer untado sobre tostadas de pan  o sobre patatas cocidas o asadas con piel y partidas por la mitad.


En cuanto a los calabacines, estamos en plena temporada, de julio a septiembre es su mejor momento. Es difícil encontrar este tipo luna, al menos en las fruterías de  mi barrio. En Córdoba solo los he visto en Lidl y en la frutería de El Corte Inglés. Aunque de sabor es prácticamente idéntico a los de tamaño normal, reconozco que me encantan estos. Son tan monos que están pidiendo a gritos que los cocinemos rellenos, ¿no os parece?


Y la crema de tomate está buenísima, os lo recomiendo para que la toméis fuera de este plato, tanto en frío como en caliente. El tomate es junto a la patata uno de los grandes descubrimientos en la cocina. ¿Qué haríamos la mayor parte de la humanidad sin el tomate? Es una planta originaria de los bajos Andes y fue cultivado por los aztecas en México que lo conocían como xictomatl o fruto con ombligo. De ahí derivó el nombre al tomate. Se introdujo en España a principios del siglo XVI junto a la patata, el maíz, el chile y la batata. No tenemos noticias de ellos hasta una receta, "Salsa de tomate al estilo español" 200 años después, en 1692. Hoy en día es un ingrediente  básico en todas las cocinas del mundo que se consume tanto crudo, frito, en sofrito o en forma de salsa.


Con todo lo que os he contado, creo que son argumentos más que de peso para que, cuando menos os animéis a probar la receta. Contadme que tal os ha parecido!...

Calabacines luna
Agua
Sal

Para la brandada de bacalao
400 gr bacalao desalado
1 diente de ajo
Leche tibia
Aceite de oliva de buena calidad
Sal

Para la crema de tomates 
500 gr de tomates
1 diente de ajo
1/2 cebolla
Un chorrito de leche evaporada
Albahaca (opcional)
Aceite de oliva
Sal

1. Primero, cortamos el sombrerito a los calabacines y los vaciamos con una cucharilla con cuidado de no romperlos para que queden como un cuenco. Reservamos la pulpa del calabacín y la piel la ponemos a hervir en agua con sal unos 8-10 minutos. Sacamos con cuidado y dejamos escurrir boca abajo.

2. Preparamos por otro lado la brandada. Ponemos a confitar el ajo en un poco de aceite. Tendrá que quedarse blando pero sin que llegue a dorarse. 

3. Cuando esté en su punto, se saca el ajo y se machaca en un mortero. Reservamos el aceite. 

4. El bacalao lo ponemos a hervir en un cazo con agua. Cuando haga ebullición, lo apartamos y lo dejamos unos minutos en el agua. 

5. Pasamos a una cacerola el ajo machacado, le añadimos el bacalao escurrido y no dejamos de mover con una cuchara de madera continuamente como si fueramos a hacer una mayonesa a mano. Le añadimos leche que esté templada y seguimos moviendo. Agregamos el aceite reservado de confitar el ajo y nos irá quedando una pasta espesa con grumos. Podéis comerlo así, tal cual, o bien darle un golpe de batidora para dejarla más fina. Reservamos. 

6. Para la crema, ponemos los tomate enteros en una fuente regados con un hilo de aceite y sal. Asamos en el horno durante una hora a 200º. Sacamos, dejamos templar y retiramos la piel. 

7. En una sartén rehogamos cebolla y un diente de ajo. Cuando esté pochado, añadimos la carne del tomate troceado y dejamos que pierda el agua y vaya reduciendo. 

8. Pasamos al vaso de la batidora, rectificamos de sal y pimienta, le añadimos un chorrito de leche evaporada y trituramos. Si queréis tomaros la crema como primer plato, podéis añadirle desde el principio en el sofrito unas hojas de albahaca que le dará un punto exquisito.

9. Por último, rehogamos la carne que sacamos del calabacín con un poco de aceite y sal hasta que pierda todo el agua y quede como un puré.

10. Pasamos a montar el plato. En el fondo pondremos varias cucharadas de la crema de tomate. Rellenamos los calabacines hasta la mitad de la pulpa rehogada de su propia carne y terminamos de rellenar con la brandada del bacalao. Colocamos en el centro del plato sobre la crema de tomate. Decoramos por encima de la brandada con unas gotas de crema diluidas en un hilo de aceite. Listo, creo que es un platazo bastante fácil y que os encantará.




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